martes, 19 de noviembre de 2013

" Un Docente Tutor Santiagueño Particular"

..."El párroco había hecho la carrera de medicina y cirugía en Salamanca, 
pero ingresó en el seminario sin graduarse, y hasta el alcalde sabía 
que su autopsia carecía de valor legal. 
Sin embargo hizo cumplir la orden"...
Gabriel G. Márquez 



  Alfredo, hombre común, administrativo de la vida:
-Para esto ya es tarde, estamos fuera de horario, nadie más me va a joder la vida, estoy cubierto en mis tareas diarias- y continúa con todas las frases típicas de un ser renacuajo, casi sin existencia definida, que no ha logrado salir del estanque y que por esas coincidencias familiares de la vida pertenece al club de los trabajadores públicos. Siempre en tono amenazante  y a la defensiva no se ha percatado del terror que habita en su rostro y que está atrapado  en un gran estambre de hilo del que no podrá salir, pero sí mirar a través, por entre los hilos, el mundo. Cuestión que no es igual en su compañero de tareas el Profesor Gustavo.
   -¡Aflojá campeón, la vida pasa y te estás poniendo viejo de tanto renegar !- exhortaba Gustavo.
   -Gustavo, pero ¿si alguien me caga en el laburo? Si son hijos de puta, yo soy hijo de puta y medio ¿Me entiendes?
    -¡No, Alfredo! ¿Quién te va a perjudicar? Si vos ya estás perjudicado para todo el viaje campeón. Sos administrativo público docente sin tener título docente , si se te acaba esto te mueres de hambre. Sos un botón de la rectora, no sirves ni para conservar tu fuente de trabajo. Sos el sicario de los que sí somos docentes, sos un texto mal redactado y la verdad es que no puedo decírtelo, tengo que meditarlo para mis adentros y que rebote en mi conciencia. 
    -Tomá un mate Alfredo y tranquilizate, no pasa nada- Son las vergonzosas palabras que treparon por mi boca, que consumen día a día mi dignidad con el sólo propósito de estar seis horas en una falsa tranquilidad conviviendo con la esquizofrenia de Alfredo. 


        Este relato pertenece al diario de un docente itinerante que hace patria en la ruralidad de nuestro monte santiagueño. Que abre la escuela de lunes a viernes a las 13.30 horas para sus alumnos, con frío o con el imponente sol, y cierra la jornada con el arriado de la bandera de la nación y de la provincia a las 17:45 horas. Que transita treinta kilómetros de camino de tierra y monte sin ninguna alma que lo acompañe hasta la ruta donde se pierde como un fantasma.

       Sin más que notificar firma al pie el docente tutor Gustavo Rivas, 
siendo el día Viernes 9 de Agosto de 2013.

Autora: Adriana Comán  





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