viernes, 21 de agosto de 2015

VIDAS ANUDADAS

    Detrás de cada caluroso atardecer se encierra el deseo profundo, vago del regreso lúgubre, intempestivo del marido que se fue a recorrer aventuras por caminos sinuosos, sin ningún motivo verdadero. Tal vez por la cotidianidad de un contrato conyugal finalizado aunque vigente  en la materialidad de la letra legal, y yo la mujer casada, la que espera veinte años el día en que me consagre en la más pura y fiel de todas ¿Qué perversidad? ¿Acaso el abandono no es una violencia de género? Tendré que soportar el acoso callejero, las impudicias verbales, la castración para ser el modelo de mujeres. Esconder las miserias femeninas y humanas a la vez, mientras mi marido vaga por las camas de las trabajadoras sexuales.
       ¡Mejor no regreses: el divorcio ya se ha creado y quedas liberado! Reflexionó Patricia al momento que  tejía una carpeta debajo del lapacho en la interminable espera.



Adriana Comán.


domingo, 17 de mayo de 2015

"Quimera"

  Juana la aventurera, preparada para caminar los surcos de la vida, los entrañables girasoles que la broncean con su pestañeo, entregada al diálogo con la pacha se adentra en las praderas doradas protegida de la maldad y de los sentimientos mortales, la cubren de flores, los aromas la hacen desandar por figuras abstractas, la creación renace, los límites infinitos, los sueños son la realidad, la realidad anida en los sueños. ¡Qué importa! Si la natura con sus flores me hacen sentir las vibraciones de la tierra, su paz interior me rescata del infierno cotidiano, mis pensamientos son mariposas cargadas de esperanzas, el verde de la paz, los colores, las luces.
  Las luchas son miles de risas ganadas, la primavera aniquila el discurso político que se reduce a un discurso humano en contacto con las semillas que serán flores. 

Adriana Comán. 

martes, 17 de febrero de 2015

"Hojas en blanco"

Escribir juntos estas hojas en blanco no será sencillo.
Hojas en blanco como el vestido que me puse el día en que disfruté de aparatos nuevos: la heladera, la cocina, la alacena, el lavarropas y el microondas blanco.
Por suerte siempre tuve tinta roja en tus venas para convertir en rosa el lugar. ¿Quién ha dicho que es imposible tener la casita de muñecas soñada?
Autora: Adriana Comán