Anabella agotó sus fuerzas en buscar la esperanza, la esperanza de ver, aunque sea palpar la presencia visual de ese hombre que se había llevado su última caricia junto con el aroma de los pétalos de la mañana y el canto de la luna iluminado por el latir de los grillos en su alma.
Sudó su piel, pero más aún, viajó su ilusión como un halcón en busca de su presa; su mirada quedó anclada en ese perfil y en esa espalda, ¡era él! Repetía incansablemente.
El círculo del reloj nunca se detuvo… y ¡era él!, no cabían las dudas… ¡era él!,y ella, esa otra ella amarrada al brazo de él.
Los rayos de los días nadaron consecutivamente en el mar de los símbolos algebraicos; por fin, el sonido de su celular extirpó la agonía, un pequeño mensaje: “… ¡Ella, es!...” y las paredes de su habitación lanzaron un gemido que culminó en una lluvia de párpados cerrados.
Adriana Comán
jueves, 13 de diciembre de 2012
miércoles, 3 de octubre de 2012
Bienvenidos
"BIENVENIDOS"
¡Bienvenidos a todos al blog de microrrelatos o cuentos hiperbreves!! Espero que puedan disfrutar de la lectura de este género híbrido, para ello agregué música al blog y un fondo de la Artista Plástica Santiagueña: Marta García.
¡Muchas Gracias Marta García!
¡Muchas Gracias Lectores!
Dedicado a mis hijos: Ariadna y Bautista
lunes, 1 de octubre de 2012
"Sinfonía Equivocada"
Sinfonía equivocada de una tarde, de quienes eligieron el otro camino: Margarita y Alfredo no osaron mirarse hasta aquella tarde.
Tarde de malgastados centavos en un amor ingrávido en el que sólo los cuerpos se entendieron, dejaron de lado el alma, dejaron de lado los latidos, entorpecieron el espíritu, vivieron al sonido del sudor, orquesta de música vibrante, de música violenta... Zarparon sin Minerva.
Adriana Comán
domingo, 27 de mayo de 2012
ACCIÓN
SOCIAL
La indigente viejecita entró en el
Ministerio de Acción Social y consultó en la mesa de entradas: -“Señorita,
dígame ¡dónde pido un suicidio?”-
-“¿Suicidio o Subsidio?”- le
respondió la empleada pública.
-“Un Suicidio quiero pedir”-
insistió la anciana.
Al oír esto salió el Ministro y
con seguridad aseveró: -“Señora la decisión ya está tomada, solo necesita una
soga y un árbol”-
Autora:
Adriana Comán
“EL RITUAL DEL
MATE”
El hombre miró la puerta de su casa, pensó
un rato, lo meditó, cobró valentía e ingresó en ella. Lentamente, registró cada
habitación hasta que llegó allí: “el living”, donde estaba su amada esposa
compartiendo mate con sus amigas. Sus pensamientos al igual que sus sentidos se
bifurcaron; el mate aumentó de tamaño degenerando en otro objeto, la bombilla
ahora era una gran cuchara, todas las mujeres lucían un vestido negro con un
sombrero cónico a tono: ¡Parecían de la realeza!, y por supuesto contaban con
un vehículo individual imprescindible.
El hombre escuchó frases desconcertantes:
“... ¡abra no sé que cosa, patas no sé de quién!...”, las manos de las damas se
movían en un ritual perfecto, por lo que el hombre reflexionó en su interior al
tiempo que las saludaba: -“Estoy en presencia de un espectáculo único y he
sobrevivido a un aquelarre, ahora podré mirar el partido de fútbol”-
Autora:
Adriana Comán.
lunes, 6 de febrero de 2012
“LA BESTIA ”
La bestia mira, se altera, se levanta, su
cerebro comienza a excitarse y este ordena a los músculos a reaccionar…
La antropofagia es legal, una diversión
perversa del lugar. ¡Péndulo irritante!
El joven camina erguido, firme, admira sus
manos y se lanza. El tiempo lo demanda al igual que una mirada femenina, quien
conoce la entrada y, claro, la salida.
El encuentro inevitable ha sucedido: ojos
seductores, tiempo, hombre y bestia se han fusionado en este relámpago mágico;
los roles se han alterado en una ráfaga inextinguible y surge del interior del
gentío una voz tenue y confusa que interroga: - “¿Cuál es la bestia?”-.
Autora: Adriana
Comán
lunes, 23 de enero de 2012
“BURBUJA DE SUEÑOS”
Callada, solitaria, Micaela continúa con sus labores hogareñas. Su familia
es un logro personal, la vida le sonríe, sus hijas significan su orgullo.
Todo, fruto de haberse “casado bien”, con quien debía, tal como su mamá, su
formación y la sociedad lo indicaba.
Su burbuja, es imposible de penetrar,
Micaela no teme, cree caminar firme, solo que sus pasos y su latir disminuyen;
el espejo lo confirma, el tiempo, amante incuestionable de la corrosión y
la acrimonia, ha efectuado su camino por las arterias de su vida. Ella,
ave blanca y sumisa, se detiene… momento en que el espejo frunce el ceño para
estallar ante la burbuja, fino cristal, cárcel de los sueños
enquistados.
Autora: Adriana Comán
“LA ESPIRAL Y
EL LABERINTO”
La mujer caminó como en una espiral
porque fue lanzada a la vida para ello. La espiral era el sistema, quizás, o el
modo en que caminaba, siempre igual… Trató de estudiar, tenía notas
considerables y una disciplina rigurosa para hacerlo. Su familia lo notó y casi
sin dudarlo hicieron la elección: abogada serás. Caminar y caminar, el camino
le parecía siempre el mismo.
La mujer creyó ver otras opciones,
abrió la puerta y se precipitó sobre un camino que se desprendía de la espiral
que consideraba diferente: este era áspero, con dificultades y sin el apoyo de
su familia o tronco; lo transitó y no advirtió que unos ojos sangrientos, con
bocas petulantes y dedos sentenciadores la juzgaban. La mujer se tapó los
oídos, creía estar sola, pero su vientre floreció. Del camino ya no quedaba la espiral, sino un
laberinto y de su mano ahora colgaba un hilo. Este hilo era sujetado en el otro
extremo por una pequeña y dulce niña que lo maniobraba y lo guiaba por el
embrollado lugar. La mujer confió en el hilo, dejó abogacía y las letras fueron
escogidas, médula de su vida. Con el correr del tiempo estos símbolos
adquirieron significado y, más tarde vida, plasmados en microrrelatos y
poesías.
En la proximidad de la salida del
laberinto, ella escucha voces, una es muy tierna y clara le dice mamá sacate
las vendas de los ojos, soy Ariadna, tu hija, y estoy en la puerta del
laberinto de la forma en que estaba
míticamente estipulado. Salí mamá y vamos a cenar con nuestra familia, Lucas y
Bautista nos esperan.
La mujer se quitó las vendas… La mujer es
Adriana Comán.
Autora: Adriana Comán.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)